Aunque no soy muy regular en este blog (ese es el eterno propósito de año nuevo, a ver si este por fin lo consigo), siempre suelo acabar diciembre con un post de resumen haciendo un poco de balance (sentimentalista, lo reconozco) del año que se acaba. Esta vez confieso que el fin de año me cogió en modo desconexión (tanto que llevaba una semana sin abrir el ordenador) y que se me hacía difícil poner en palabras lo que siento respecto a 2020… así que se pasaron los días y en vez de un post de fin de año, se ha convertido en uno de año nuevo.

Pero no, no voy a convertir este post en una lista de propósitos o en futuribles de lo que espero de este 2021. Lo primero me lo guardo para mí y sobre lo segundo hay muchos expertos que pueden aportar ideas mucho más interesantes que las mías. Yo en realidad solo me pasaba por aquí para compartir un único deseo, que como siempre, Mafalda supo expresar perfectamente: