“Puedes hacer 60 fotografías, pero la que vale es una y ésta lo debe explicar todo”

Me apasiona hacer entrevistas. Me gusta compartir momentos con personas que tienen mucho que explicar. Adentrarme, en cierta manera, en sus profesiones y en sus vidas para llevarme un trocito de su experiencia y, sobre todo, para aprender. A lo largo de mi todavía no muy larga carrera, he tenido la oportunidad de entrevistar a varios personajes interesantes de ámbitos muy diversos. Pero tengo que confesar que ninguna me ha hecho tanta ilusión como ésta. Joana Biarnés es, además de una gran profesional, una persona cercana, sincera, bondadosa… y con muchas cosas que contar.

Espero que disfrutéis de la entrevista tanto como yo (esta entrevista, algo recortada, ha sido publicada en El Periódico el 6 de octubre de 2014).

Biarnes

Joana Biarnés, la primera mujer fotoperiodista de España, deja la profesión en los años 80 por la cocina y se va a Ibiza a abrir un restaurante. A pesar de ser un referente y autora de algunas de las fotografías más representativas entre los años 50 y 80, parece que la historia no le ha dado el lugar que le corresponde. Al menos no hasta hace dos años cuando, con la conmemoración del 50 aniversario de las inundaciones del Vallès, su obra vuelve a ver la luz.

Después de esa exposición colectiva en la que destacaba solo un nombre de mujer, Terrassa, su ciudad natal, se propone recuperar su legado. Una recuperación que Joana Biarnés vive con sorpresa e ilusión y que empieza con una exposición que se puede visitar hasta el 2 de noviembre en la Sala Muncunill. En ella, reviven el ímpetu y el espíritu emprendedor de una mujer pionera para la que la fotografía fue siempre mucho más que el simple disparo de una cámara.

¿Qué significa para usted que la primera exposición individual de su trabajo se haga en su ciudad natal?

Significa un premio y un agradecimiento. Un premio por poder hacerla en mi casa y un agradecimiento porque me lo dejen hacer. Hay un sentimiento muy grande porque yo he crecido en esta ciudad y me he hecho aquí como persona y como profesional.

La sala Muncunill presenta una 70ª de sus fotografías. ¿Destacaría alguna especialmente?

Hay varias. Todas tienen su historia. Por ejemplo, esta que tenemos delante con Pilar Miró, que también fue una mujer pionera, porque cuando le hice ese reportaje hablábamos de tu a tu, ya que entonces no había muchas mujeres realizadoras ni tampoco fotoperiodistas. También es especial el reportaje de los Beatles, que fue una prueba para mí misma.

Un reportaje en el que la foto de una rueda de prensa no fue suficiente…

Mi padre siempre me decía que, de cualquier reportaje, lo que tenías que tener era “la foto”. Insistía en que “puedes hacer 60, pero la que vale es una y ésta lo debe explicar todo”. Y en aquella rueda de prensa yo me encontraba en que “la foto” no la tenía. Después, volando en el mismo avión que ellos conseguí hacer fotos que no tenía nadie más, y me podría haber conformado. Pero, ya que estaba en Barcelona quise intentar ir un poco más lejos, que es, pienso yo, lo que debe hacer un reportero. Así que fui a su hotel y piqué a la puerta de su habitación. Yo creo que ellos se equivocaron conmigo porque, estoy segura, creyeron que era una fan que me volvía loca por ellos. Además, tiraba las fotos sin flash, por lo que debían pensar que no saldría ninguna.

Pero se equivocaron. El reportaje tuvo tanto éxito que no sólo se publicó en España sino que lo han reproducido en revistas de todo el mundo.

Sí, incluso en Japón. Me han enviado revistas japonesas con mis fotos publicadas. Evidentemente, sin haber pedido permiso. Porque ese es otro tema, los fotógrafos hemos tenido poca protección en términos de derechos de autor. Aunque tampoco habíamos hecho mucho por protegernos hasta ahora.

avió dels beatles JB

Fotografió numerosos eventos, personajes y momentos históricos. ¿Hay alguno que se quedara con las ganas de cubrir?

Hay algunos que cubrí y que después no me publicaron las fotos. Como el caso del nombramiento del Rey en las Cortes, que como iba como suplente no salieron mis fotos. Y me hubiera gustado porque era un evento importante para el país. Un personaje que me hubiera gustado mucho fotografiar, así como estuve con el padre Ferrer, hubiera sido la madre Teresa de Calcuta. Yo siempre digo que a través de la cámara entramos dentro de la persona y que, a través de sus ojos, sale todo lo que lleva dentro. Y en una persona como la madre Teresa no podían salir más que cosas buenas.

Dalí, Welles, Bernabéu, Polansky, Eastwood, los Beatles, Raphael… son muchos los personajes con los que se ha cruzado en su carrera. Seguro que guarda muchas anécdotas.

Casi todas las fotos tienen una anécdota porque yo ya salía a captar, no solo a través de la cámara, sino también psicológicamente al personaje. La observación también me ayudaba a la hora de captar los momentos de cada protagonista de mis fotos.

¿Cómo era la fotografía de celebridades de este nivel en aquella época?

A mí, tengo que decirte, me temblaban las piernas. Aparentemente me hacía la fuerte, pero me miraba todo el mundo y en algunos sitios ni siquiera me dejaban entrar. Era difícil, pero nunca quise dar la sensación de que estaba asustada o insegura.

El reportaje de los Beatles fue un momento importante en su carrera, pero unos años antes ya había conseguido reconocimiento por las fotografías de las riadas del Vallès de 1962. ¿Cómo recuerda aquel momento?

Para mí ese reportaje fue el que me dijo, por el compromiso en hacer las fotos, llevarlas a Barcelona y conseguir que gracias a ellas el país entero se enterara de lo que estaba pasando, que ya no podía tirarme atrás. Fue como una especie de certificado que me decía que si eso lo había tolerado, podría hacer todo lo que se presentara.

¿Cómo decidió entrar en el mundo del fotoperiodismo?

Yo entré en el mundo del fotoperiodismo para ayudar a mi padre. Primero en el laboratorio y después, un día que vinieron unos excursionistas a buscarlo para hacer un reportaje de una cima que se había descubierto y mi padre no pudo coger el trabajo, les dije que me vinieran a buscar a mí. Aquellas fueron mis primeras fotos de las que, además, mi padre estuvo tan contento que las llevó al Mundo Deportivo, donde trabajaba, y las publicaron. Fue la primera vez que firmé como Juanita Biarnés.

[Joana Biarnés revive con emoción su historia y el momento que entró en el mundo del fotoperiodismo y como consiguió que el diario Pueblo, con sede en Madrid, se fijara en ella y la contratara. Por temas de espacio, en la entrevista publicada en El Periódico no pudimos transcribir el pase completo, pero no quería dejar de compartirlo aquí con vosotros con la voz de la propia Joana]

Reportera gráfica en un mundo, a priori, reservado para los hombres. ¿Qué fue lo más difícil?

Empecé a ir a los eventos deportivos con mi padre y, como iba a su lado y era un profesional muy respetado, no había problema. La cosa cambia cuando empiezo a ir sola. El primer partido de futbol al que fui, no daban permiso para empezar y el árbitro vino a sacarme del campo. Suerte que mi padre ya lo había previsto y habíamos ido a pedir credenciales a todas las federaciones deportivas. No me echaron, pero el público no dejaba de silbar e insultar. Pero yo estaba segura que debía continuar. Tiempo después, ya como fotoperiodista del diario Pueblo en Madrid, porque en Barcelona todos me habían cerrado las puertas, los mayores problemas los tuve siempre con la política. Franco no quería ni verme y los grises no me dejaban entrar a los sitios porque era mujer.

¿Qué prioridad tenía a la hora de captar una imagen?

Yo, de entrada, siempre escuchaba mucho. Captaba primero la esencia del personaje y después esperaba el momento o gesto que yo pensaba que encajaba más con el texto.

¿Qué significa para usted ser fotoperiodista?

Para mí significó enfrentarse a un salto mortal en una época que era muy difícil para una mujer. Era como subirse a un trapecio sin red.

¿Cómo ha visto la evolución de esta profesión?

Con mucha tristeza. En mi época, elaborábamos las fotografías, vivías todo el proceso sin saber el resultado hasta que no salías casi del laboratorio. Ahora esto no existe. Ahora un fotógrafo lo único que tiene que tener claro es lo que quiere hacer. La máquina le hará el resto.

verkami_88030731ce40144be430ba63efeb71fc

¿Fueron estos cambios los que la hicieron abandonar?

Sí, sobre todo desde que vi que para ganarse la vida se tenía que ir al escándalo. Fue a raíz de un reportaje de un señor de Pamplona que se había curado de cáncer de gorge y se prestaba para hacer terapia de grupo. Cuando fui a vendérselo al director de una revista, prácticamente lo tiró a la basura y me dijo que “esto no vende” y me enseñó unas fotos de Lola Flores y sus hijas vestidas de Reyes Magos como muestra de lo que sí vendía. Llegué a casa y le dije a mi marido que ese era mi último día como reportera. Vendí o regalé el material y, como teníamos una casita en Ibiza y mi segunda pasión es la cocina, abrimos un pequeño restaurante allí donde hemos estado 22 años.

¿Cómo vuelve a conectarse con el mundo de la fotografía?

A raíz del 50 aniversario de las riadas, cuando Cristóbal Castro, comisario de la exposición que se hizo entonces, vino a casa y al ver mi archivo dijo que por qué no hacía una exposición. Yo, que tengo una maculopatía degenerativa, le dije que no podía ponerme a revisar negativos. Pero me dijo que lo haría él y, así, entre los dos, hemos estado dos años escogiendo las fotografías para esta primera exposición que muestra imágenes de los 60 y los 70. Ahora lo que están preparando es la retrospectiva completa que irá de los 50 a los 80.

¿Ha vuelto a hacer fotos?

Sí, tengo algunos proyectos ya. Quizás algo más estático, más de color y contrastes: piedras, puertas y, sobre todo, los blancos de Ibiza, que son unos blancos dificilísimos pero que crean unas sombras muy interesantes.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s