Siempre he sentido debilidad por los edificios abandonados. Fachadas, paredes, habitaciones, materiales y muebles abandonados llenos de recuerdos de otros tiempos y otra gente, de historias vividas y momentos compartidos.
Aunque no sabría ni por donde empezar, uno de esos sueños utópicos míos es el de comprar una de esas propiedades y volver a darle vida. Y la decadente Perpignan da para imaginar mucho en ese sentido.
Pensando en ello y paseando por zonas no muy alejadas del mismo centro, te encuentras con el que sería el edificio perfecto para, si tuviera el dinero para comprarlo y la más mínima idea de como convertirlo en un negocio rentable, hacer realidad el sueño: el Hotel du Midi.
Lo sé, apunta maneras de haber compartido ciertas tendencias hippies. ¿Pero no sería interesante hacer un hotel temático rollo años 60?