Recupero otra de las entrevistas que realizamos desde BLE a uno de esos proyectos de los que se oirá hablar en los próximos meses:
José A. Ildefonso, publicista de profesión, quiso quitarse una espinita que se le había quedado en uno de sus proyectos con la Liga BBVA y dio el salto para emprender un proyecto de alta tecnología que pronto empezará a probar su sistema de transmisión deportiva en competiciones profesionales y que ya se ha hecho un hueco en el panorama internacional consiguiendo ser seleccionado como uno de los 10 finalistas del “Make it wearable” de Intel.
¿Qué es First V1sion?
First V1sion es un sistema de retransmisión deportiva completo integrado en una camiseta. Lleva tanto una cámara que capta las imágenes que el jugador está viendo, como un transmisor de señal que las transmite en tiempo real, y sin retrasos, hasta la unidad de recepción. El gran referente serían las cámaras on board de Fórmula 1 y motociclismo. De hecho, de ahí es de donde sale el problema-solución que plantea First V1sion: si podemos ver lo que ve un piloto en una carrera, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con un jugador de fútbol o baloncesto? Así que replicamos el mismo sistema, pero integrado en el cuerpo humano con una camiseta.
First V1sion from First V1sion on Vimeo.
¿Quién forma First V1sion?
Roger Antúnez, CTO, Angeliki Terezaki, diseñadora industrial, Anastasia Pistofidou, asesora industrial, Marcos Hervás, ingeniero electrónico, y yo, que soy el CEO y fundador.
¿De dónde surge la idea?
Cuando yo trabajaba en publicidad, como director creativo para marcas como la Liga BBVA o Cruzcampo, hicimos una propuesta para la Liga BBVA en la que iba incluida una acción parecida al concepto de First V1sion, pero hecho mucho más simple. Entonces se me quedó un poco en el tintero y cuando salí del mundo de la publicidad lo puse en marcha.
¿Cómo es el proceso para poner marcha la empresa?
Muy duro. Gratificante pero duro. Sobre todo, a nivel personal, yo lo defino como sentirme continuamente como pez fuera del agua. Yo vengo de la publicidad, y entrar en el mundo de la tecnología punta, ha sido muy complicado. Recuerdo los inicios, cuando estuve trabajando en solitario sobre la patente, me sentía muy desubicado. Por suerte se incorporó al proyecto Roger, mi socio, y así pudimos empezar a dar grandes pasos adelante, ya que él tiene un gran conocimiento de la técnica. También fue difícil al principio desarrollar prototipos, ya que son cosas que suponen una inversión y nosotros solo teníamos fondos propios. Es la gran diferencia entre el software y el hardware: puedes prototipar en software solo con horas de programación, pero el hardware desde el principio te exige inversión.
Además de los temas de inversión y desarrollo tecnológico, ¿qué otros problemas os habéis encontrado en el camino?
Este país es una especie de desierto en cuanto a apoyo a empresas de hardware. Nos hemos sentido completamente desamparados en muchos aspectos. En otros no tantos, porque por suerte existen organismos que están apoyando al emprendedor, pero cuando te metes a desarrollar algo con la complejidad tecnológica de First V1sion, no hay mucho apoyo. De hecho, nosotros tenemos que fabricar fuera porque, para algunas partes del producto, aquí no tenemos ninguna opción de proveedor.
¿Habéis hecho pruebas con jugadores? ¿Cuál es la impresión de éstos al respecto?
Hemos hecho pruebas a nivel amateur. Lo han probado equipos de futbol, de baloncesto, de tenis, de voleibol… y los resultados son muy satisfactorios, ya que los jugadores aseguran que casi no lo notan. Pero son amateurs. Ahora cuando demos el salto a probarlo en jugadores profesionales, éstos serán mucho más exigentes y podremos perfeccionar el producto con su feedback. La primera prueba la tenemos con el Córdoba Club de Fútbol, con quien hemos cerrado un acuerdo de colaboración.
¿Habéis pensado en otras funciones más allá del deporte?
Alguna gente nos comenta que se podría utilizar para la policía, por ejemplo, o quizás podría tener un hueco en teatros o reality shows. Podría tener otros usos, pero por ahora no vemos ninguno que pudiera ser mayoritario. En el de la policía, por ejemplo, hay competidores que ya lo están haciendo y sirviendo un producto distinto ya que lo que necesitan son muchas horas de grabación y con rangos de alcance de quilómetros, además de no importarle si está muy bien integrado. Y nuestro punto fuerte es precisamente retransmitir desde el punto de vista de alguien que tiene unas limitaciones en cuanto a peso, volumen y exigencia y en tiempo real, con un radio de alcance que no tiene que ser muy alto.
Vuestra idea ha convencido a Wayra. ¿Cómo es entrar en un proceso de aceleración como el que ellos ofrecen?
Es un proceso bastante exigente. Al final se presentan unas 600 startups de toda España y hay un primer corte de 40 para el que has tenido que rellenar unos cuestionarios bastante complejos. Luego, de estos 40, hay una presentación delante de un jurado, que selecciona a 10 finalistas. En el jurado hay muchos especialistas en diferentes sectores, mentores, inversotes, etc. y sus criterios de selección son muy exigentes. Yo recomiendo presentarse simplemente porque, solo preparar la solicitud, es el mejor ejercicio que puede hacer un emprendedor para avanzar en su proyecto. Ellos te hacen las preguntas más difíciles de responder y te hacen replantear muchas cosas.
¿Qué ventajas y qué posibles inconvenientes encontráis en desarrollar el proyecto dentro de los procesos de una aceleradora?
Yo digo siempre que esto es como el psicólogo: todo parte de ti. Si tu de verdad estás convencido, estás ilusionado y lo tienes claro, eres tú el que lo va a desarrollar. No lo va a hacer Wayra. Aquí te aceleran. Lo que ocurre realmente es que tú te transformas. Ya solo al entrar, con el subidón y todo lo que has hecho para llegar, hace que tú a partir de ahí digas “no tengo un proyecto, tengo una empresa”. Y como tal, tienes que cumplir con unas expectativas en el mercado. Como punto a mejorar, yo soy muy sincero y lo he comentado con ellos, creo que tienen que invertir en más estructura y que haya gente en exclusiva para cada proyecto, de manera que puedan involucrarse más en ellos y estar pensando continuamente en qué contactos, qué recursos, etc. se pueden encontrar para ese proyecto. Si tienen que pensar en 10, es más complicado.
Ahora toca buscar financiación. ¿Cómo es esa búsqueda y qué le pedís a un inversor?
Nosotros no tenemos todavía un plan de inversión definido en profundidad. Lo que sabemos es que vamos a necesitar un mínimo de entorno a 1,5-2 millones de euros, lo que es una cifra alta para España. Lo que estamos haciendo es intentar llevar lo más lejos posible nuestro prototipo para sacrificar el mínimo la participación en la empresa a la hora de encontrar inversión. Sabemos que si lo probamos en eventos profesionales y si empezamos a alquilarlo a productoras, conseguir esa inversión significará perder menos el control sobre la empresa. No obstante, creemos que las mejores opciones nos saldrán en Estados Unidos en la final de ‘Make it Wearable’.
Te avanzas a mi siguiente pregunta, ¿cómo llegáis y cómo recibís la nominación a la final en el ‘Maket it Wearable’ de Intel?
El proceso fue muy similar al de Wayra. Te inscribes a través de su web, tienes que rellenar un cuestionario bastante extenso, con preguntas complicadas, resumir bien el proyecto, subir un vídeo, etc. Se presentan miles de empresas de todo el mundo y se hae un primer corte de 40. A esas 40, igual que en Wayra, nos hicieron hacer una presentación delante del jurado, que nosotros hicimos vía Skype, lo que complica la cosa porque es un medio muy frío, más cuando nosotros tenemos una demo en directo… Pero de esas 40 seleccionaron a 10 y nosotros estábamos entre esos finalistas, con un premio ya de 50.000 dólares a cada uno.
Ser uno de los 10 finalistas de entre los miles de proyectos presentados al concurso debe ser ya un premio en sí mismo
Estamos que casi no nos lo creemos todavía. Ser la única empresa española que pasa a la final, ser finalista en un concurso de un sector como el wearable que está en una fase emergente y en el que estás compartiendo espacio con Apple que acaba de sacar su reloj, es algo que no nos podíamos creer. Todavía no hemos digerido el éxito que está teniendo, pero lo bueno es que cada vez tenemos más confianza en nosotros mismos y en nuestro proyecto.
Deporte y wearables. ¿Cómo creéis que van a evolucionar estos dos sectores?
Nosotros hacemos retransmisión deportiva y el deporte siempre va a buscar la espectacularidad, así que nuestra propuesta les ayudará a incrementar las audiencias. Los deportes de alto nivel son esclavos de sus audiencias y esto lo vemos en que los minoritarios se quedan en el olvido. Nosotros somos unos aliados para ellos, porque si introducen nuestra cámara van a ser más atractivos para esa audiencia. En cuanto al sector del wearable, yo creo que ahora mismo lo estamos intentando wearabilizar todo. El mercado no está respondiendo como ellos pensaban porque es muy complicado que la gente deje la comodidad que ya supone un Smartphone. Esa fiebre por lo wearable tiene un punto positivo porque desarrolla un sector, pero creo que en poco tiempo vamos a entender que hay que centrarse en el beneficio del consumidor y no tanto en el producto en sí. Creo que por eso nos estamos abriendo bien el camino, porque no empezamos con un producto wearable. De hecho, cuando empezamos con la compañía, no sabía ni lo que significaba wearable electronic, lo descubrimos después y entendimos lo que nuestro producto podía aportar en este sector y lo que representamos dentro de él.
Desarrolláis vuestro proyecto desde las oficinas de Wayra en Barcelona. ¿Qué ventajas y desventajas supone emprender desde esta ciudad?
Yo creo que Barcelona ahora está en un punto que es super atractiva para el mundo. Hay una efervescencia alrededor del emprendimiento y creo que es un buen sitio para iniciar un proyecto. Además tiene siempre ese punto de multicultural, con muchísima gente que viene de fuera y te facilita recursos y contactos. Lo que le falta como ciudad, al menos para una empresa como la nuestra, es infraestructura tecnológica, grandes empresas que puedan ser proveedores o partners de empresas como la nuestra.
¿Creéis que Barcelona puede convertirse en una ciudad referente en emprendimiento?
Sin duda. Se están haciendo muchas cosas y se está invirtiendo mucho dinero en posicionar Barcelona. Ya lo dice bien la campaña “Barcelona Inspira”, que esta ciudad es un buen sitio para tener ideas. Lo conseguirá seguro, sobre todo cuando tenga algunos casos de éxito importantes. Esa es la guinda que nos falta, tener aquí un gigante, y no lo digo en cuanto a estructura, sino en cuanto a éxito. Hay casos ya muy importantes, pero falta un pelotazo.
¿Qué consejos le daríais a alguien que tiene una idea o que está empezando un proyecto?
Yo le diría que escuche a todo el mundo y que no escuche a nadie. Es muy importante al principio contar tu idea lo antes posible a todo el mundo que te rodea porque es la forma de entender si funciona o no, pero también va a haber muchos comentarios que intentarán amedrentarte, quitarte un poco la ilusión por hacer algo complejo. Ahí tienes que ponerte la venda en los ojos, salir de la zona de confort y atreverte. Solo se vive una vez y es muy importante no dejar nada en el tintero. El resto de cosas, como tener un alquiler o una hipoteca, son problemas, condicionantes, que todo el mundo tiene pero que al final solo son cosas superficiales.