“El mejor para solucionar un problema es el que lo vive, el que está en la comunidad”, aseguraba Kenny Clewett, director de Hello Europe -la iniciativa de migración, integración y refugiados de Ashoka- durante su intervención en el Congreso Internacional de Innovación Social V Centenario Magallanes-Elcano. Aunque el planteamiento de Clewett profundiza más en temas de emprendimiento social, su charla me llevó a un interesante ejercicio de memoria y observación: ¿cuántas grandes empresas, emprendimientos u organizaciones sin ánimo de lucro conocemos que se hayan puesto en marcha por experiencias personales, cercanía a la problemática o creencias/filosofía de vida de los fundadores?
En el último artículo para Catalunya Económica me acerco a algunos ejemplos interesantes. Algunos de empresas ya consolidadas en el tejido económico como Grupo Julià, Natura o Espinaler, otras conocidas como La Fageda o Delícies del Berguedà, y algunas que empezaron sus andaduras hace poco pero que ya pisan con fuerza para convertirse en referentes en sus sectores como Heura Foods, To Good to Go, mjn-neuro, Cebiotex o Circoolar.
Desgrano sus historias en «Empresas que nacen del corazón«, publicado en el número 555 de la revista Catalunya Económica.