Volviendo con la tecnología, esta vez nos centramos en su potencial para mejorar la vida de personas con alguna enfermedad mental, en este caso el alzheimer. El artículo original se publicó en Revista Mujer.
“Toda la vida acumulé recuerdos. En cierta forma, se convirtieron en mis bienes más preciados. La noche que conocí a mi marido. El día que tuve en mis manos mi libro de texto. Tener hijos. Hacer amigos. Recorrer el mundo. Todo lo que acumulé en la vida, todo por lo que trabajé duro, todo eso se me arranca. Como pueden imaginar o como saben es un infierno. Pero empeora. ¿Quién nos tomará en serio cuando estamos tan lejos de lo que fuimos?”.
Unas palabras, las de Julianne Moore en su personaje de ‘Siempre Alice’ –por el que consiguió el Óscar a Mejor Actriz en 2015-, que bien podrían representar a las más de 20 mil personas que padecen la enfermedad del alzhéimer en Panamá. Unas cifras que ascienden a unos 50 millones en todo el mundo, y que cada año registra cerca de 10 millones de nuevos casos, según apunta la Organización Mundial de la Salud.
El alzhéimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores. Causa problemas de memoria, pensamiento y comportamiento, con unos síntomas que, generalmente, se desarrollan de manera lenta y empeoran con el tiempo. De esta manera, las personas que la sufren pueden llegar a no reconocer a sus familiares, tener dificultades para hablar, leer o escribir, u olvidar incluso como peinarse. Al final, la enfermedad hace que se vuelvan completamente dependientes: “Nos volvemos ridículos, incapaces, cómicos. Y como cualquier enfermedad, tiene una causa, tiene una progresión, y podría tener cura”, explica también Alice.
Pero, ¿la tiene? De momento, ningún tratamiento parece poder detener la enfermedad. Pero, aunque los ensayos clínicos dirigidos a la búsqueda de nuevos tratamientos tienen la tasa de fracaso más alta de la industria, los investigadores no se rinden. En este contexto, recientemente la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, ha comprobado que un desequilibro de la alcalinidad-acidez (pH) en las células del cerebro puede ser una de las causas del alzhéimer, lo que daría pie en el futuro a posibilitar un diagnóstico más temprano y a estudiar nuevos tratamientos.
Aunque todavía no tiene cura, sí existen pautas que pueden servir para ralentizar su aparición y desarrollo. En este contexto, toma especial importancia la tecnología, tanto de estimulación cognitiva como asistenciales, que promueven la independencia y la autonomía de los enfermos, mejoran su confianza y su calidad de vida, al tiempo que ayudan a controlar riesgos y favorecen la mejoría, el recuerdo y otras habilidades. Entre esas nuevas tecnologías encontramos:
- Aplicaciones de localización y orientación como Tweri, una aplicación española que ofrece el geoposicionamiento del enfermo segundo a segundo, permitiendo además crear unos límites de seguridad para cada persona y en cada momento concreto. Si supera esos límites, el familiar o cuidador recibe una señal indicándole la posición exacta. De la misma manera, si el enfermo se siente perdido, puede avisar a la persona de referencia con solo pulsar un botón. Otra opción es un calcetín, creado por Kenneth Shinozuka, de 15 años, que envía un aviso mediante una aplicación cuando detecta que el paciente se ha levantado de su cama. Y uno más es la pulsera Keruve, una solución especializada para personas con alzhéimer en la primera etapa que consiste en un reloj GPS y un receptor que permite ver un mapa con la posición exacta del enfermo.
- Ejercicios para estimular la memoria y el recuerdo, como Lucha contra el alzhéimer, una aplicación que incluye ejercicios de matemáticas y un entrenador de memoria, Sopa de letras, juego aparentemente simple pero educativo y que ayuda a aprender palabras nuevas, mejorar vocabulario y explorar el lenguaje, o Remember first, herramienta fácil de usar que ayuda a mejorar la memoria a los pacientes y la comunicación con los cuidadores y otras personas de su alrededor.
- Juegos de estimulación cognitiva, como los que se encuentran bajo lo que algunos llaman la Wii-terapia, o el uso de las videoconsolas con juegos como el Big Brain Academy de la consola de Nintendo, donde con una quincena de actividades se estimula la memoria y las capacidades de análisis, percepción y cálculo. Otra propuesta, esta para la tablet, es GreyMatters, que propone juegos de memoria para mantener la mente despierta y organiza un álbum de vida interactivo que utiliza fotos y música para preservar los recuerdos e involucrar a la persona que sufre demencia.
- Recordatorios automáticos que indiquen cuando hay que tomar la medicación, llamadas programadas para recordar citas médicas o, mucho más básico, aplicaciones que les ayuden a recordar qué día de la semana es, como es el caso de las aplicaciones Alzheimer’s Days of the Week o Do it.
- Localización de objetos perdidos, para facilitar encontrar aquellas cosas que se cambiaron de lugar y no son capaces de recordar donde se dejaron. En este caso, Refresh my memory permite recordar donde se dejaron las cosas por casa, dando de alta los objetos y las habitaciones, y asociándolas dibujando sobre la foto de la habitación donde se encuentra el objeto.
- Ayudar a los familiares y cuidadores. No todo iban a ser propuestas para los pacientes, ya que en la enfermedad del alzhéimer juega un papel muy importante las personas que se hacen cargo de él. Por ello, aplicaciones como YoTeCuido ofrecen una gran biblioteca repleta de consejos sobre alimentación psicología, ejercicios físicos y mucha más información sobre cómo tratar a una persona afectada por la enfermedad.
Estos son algunos ejemplos (no todos disponibles en todos los países) de cómo la tecnología se alía con la medicina para mejorar la calidad de vida de los pacientes de alzhéimer. Pero aún hay más, y a medida que las nuevas tecnologías avanzan, también lo hacen sus usos y aplicaciones y, en este contexto, ya empieza a hablarse de roboterapia o de realidad aumentada para aplicar durante todo el proceso, que puedan beneficiar tanto a personas afectadas directamente como a familiares y cuidadores. ¿Qué más puede aportar las aplicaciones y herramientas mientras se encuentra una cura para la enfermedad?
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