Ya tenemos publicado nuevo artículo en Cataluña Económica. En este, Daniel Vidal y una servidora analizamos el estado de la transparencia tanto en la Administración Pública como en las grandes empresas privadas. Porque, a pesar de que tanto uno como otros levantan desde hace tiempo el estandarte de la transparencia «sucede, sin embargo, que ese acceso -a la información- no siempre es tan transparente, sencillo o ágil como debiera serlo y que, como si de un mal juego de palabras se tratase, la transparencia propugnada no acaba aportando una mayor visibilidad de la información. Es una transparencia que en ocasiones parece incrementar una deliberada opacidad, puesto que los accesos a tal información, de existir, no siempre se encuentran claramente identificados y no suelen estar actualizados o desglosados de un modo útil».
Podéis leer el artículo completo aquí (lo siento, se rompió el link a la web y tampoco funciona el slider de la revista subida a la web) o en el número 535 de la revista en papel publicada en marzo de 2017.
¿Es suficiente una web para hablar de transparencia?
Son muchos los portales que, a todos los niveles administrativos, se están poniendo en marchan los últimos tiempos para tratar de responder a la demanda de información de la ciudadanía o paliar la falta de transparencia de la que son acusadas las entidades públicas. Citamos en el artículo el del Gobierno, transparencia.gob.es, que supone un primer intento de acercar la información sobre la institución y los diferentes ministerios pero se queda lejos de ser una web pensada en la usabilidad y la accesibilidad de la mayoría de la población –mapa de búsqueda no del todo claro, información poco adaptada para que la pueda entender cualquier ciudadano, etc.-.
En la misma línea, la web de la Generalitat, transparencia.gencat.cat, parece en un principio un poco más gráfica que la del Gobierno central pero, a medida que el usuario se va sumergiendo en los subapartados, estos empiezan a complicarse y vuelve a convertirse en una información de textos largos y, muchos de ellos, técnicos, de difícil acceso y comprensión para la mayoría de la población.
También, desde la Administración local, se han puesto en marcha varias iniciativas que buscan demostrar la transparencia de los Ayuntamientos y su voluntad de construir un “gobierno abierto”, entendido como aquel que se basa en la transparencia como medio para lograr involucrar a la ciudadanía en la participación y en la colaboración con lo público. En este contexto, para demostrar esa transparencia y permitir la participación ciudadana, los Consistorios se han puesto las pilas para adaptar sus webs y, a través de ellas, ofrecer datos abiertos y canales de comunicación a su población.
Para medir esa “transparencia”, aparecen diferentes mecanismos, entre los que destacan:
- “Transparencia Internacional”, organización global no-gubernamental y no- lucrativa que se dedica a reducir la corrupción
- El Laboratorio de Periodismo y Comunicación para la ciudadanía plural” de la UAB
El primero elabora, desde 1995 un índice de Percepción de Corrupción, para el estudio de la dimensión del problema y cada año publica una tabla en la que de forma resumida, se dan a conocer los resultados de un estudio basado en los testimonios de empresarios y analistas y público en general. Por otro lado, el Laboratorio de de la UAB, elabora un Mapa de las Buenas Prácticas de la Comunicación Pública Local en Cataluña, que tiene como finalidad evaluar los recursos que los Ayuntamientos ofrecen en sus webs para hacer efectivos los derechos a la información pública y el derecho a la participación ciudadana en el control democrático.
No obstante, ninguno de estos recursos recoge o monitoriza la actividad completa de la administración pública como organismo ni, mucho menos, la actuación de todos y cada uno de sus representantes y trabajadores, de los partidos políticos que tiene vinculados o de las empresas y entidades con las que tiene algún tipo de relación. Mientras que esa monitorización completa no suceda o haya un cambio de mentalidad a todos los niveles, las dudas y el riesgo a la picaresca ensombrecen cualquier intento de cualquier organismo de levantar la bandera de la transparencia con total credibilidad.