Quizás me fijé en los carteles porque eran una muestra muy clara del cambio que está sufriendo Sant Julià de Lòria. Quizás es porque los recuerdos de infancia siempre se idealizan, pero yo recordaba una ciudad viva, con tiendas y restaurantes que ofrecían una variedad interesante. Pero en esta última visita, me encontré un municipio más bien apagado, con muchos comercios cerrados y otros que necesitarían una actualización de su imagen.
Y a partir de ahí, pues no dejé de hacer fotos de carteles durante todo el fin de semana… ¿Qué os sugieren a vosotros?