Madrid teñida de rojo y amarillo. Si, era tan exagerado como parece. Y los toques de morado o los mensajes que reclaman un referéndum quedan lejos y pasan demasiado desapercibidos como para hacerle sombra a las banderas oficiales. ¿Qué miedo hay en preguntarle a la gente si tan seguros están que ganaría el status quo?