Niñeras electrónicas

Hace unos años saltaban las alarmas sobre los riesgos o las desventajas de colocar a los niños delante de la televisión para que se entretuvieran y dejaran a los adultos “un rato tranquilos”. Es decir, que hicieran de niñeras low cost, frente a las cuales los niños españoles de entre 4 y 12 años pasaban 990 horas en 2010, 30 más de las que están en el colegio, según se extraía de El libro blanco: la educación en el entorno audiovisual.

Actualmente, el debate se amplía a la misma velocidad que se incrementan las pantallas a las que los niños tienen acceso: ordenadores,smartphonestablets, etc., que suman horas de exposición a las 2,5 horas que los niños españoles pasan de media delante de la televisión aún ahora, y que los sitúa como los segundos que más ven la tele en Europa, después de los italianos, según el estudio Kids TV Report de Eurodata TV Worldwide.

Pero, ¿es bueno que los niños pasen tantas horas delante de una pantalla? ¿Podemos dejarle un móvil en cualquier momento paras que se entretenga? ¿Es conveniente para un niño tener una tablet cuando apenas ha aprendido a hablar? La respuesta dependerá de cómo quiera cada familia educar a sus hijos pero, por supuesto, se trata de encontrar un equilibrio.

Los pediatras dicen que el uso prolongado de las pantallas genera niños más pasivos, a la vez que la falta de contacto físico con otras personas provoca falta de interacción y merma el correcto desarrollo de los sentidos de los pequeños. Recuerdan en este sentido que los padres no deberían, en ningún caso, sustituir los juegos o la lectura con sus hijos por un dispositivo electrónico que los mantenga ocupados durante horas. Por ello, insisten, el acercamiento de los más pequeños a la tecnología debe ser dirigido, con restricciones de tiempo y contenido.

A esta generación de nativos digitales, prohibirles el acceso a la tecnología sería, además de casi imposible, condenarlos a ser bichos raros o a un futuro complicado, ya que estas nuevas tecnologías forman parte del día a día y son prácticamente imprescindibles en cualquiera de los trabajos que esos niños elijan en un futuro. Pero no se puede llegar al extremo de utilizar el móvil o la tablet como sustitutivo de la dedicación de los padres o de aprender a comportarse en eventos sociales.

¿Es conveniente para un niño tener una tablet cuando apenas ha aprendido a hablar?

Y es que con la tecnología móvil ahora ya no hace falta estar en casa para poner a los niños delante de las pantallas. Esa niñera tecnológica nos puede acompañar a todos lados y se la podemos enchufar a los niños en el coche, en el restaurante, en el supermercado, esperando en la visita del médico… Sólo hace falta descargar la aplicación que más le guste a cada uno y así los tenemos un buen rato entretenidos y sin que cojan cosas que no deben, griten, corran o molesten. No parece mal plan, pero después, ¿por qué los padres se quejan de que los niños no saben comportarse en público?

Equilibrio, sólo se trata de encontrar eso. Que los niños usen la tecnología no es malo. Incluso hay aplicaciones divertidas y educativas que les enseñarán cosas nuevas, pero esas apps no deben reemplazar el tiempo de aprender y jugar de los padres con los hijos.  Estar demasiadas horas pegado a un móvil o a una tableta es perjudicial para su desarrollo, como también lo es pasar todo el día pegado a la tele o dejar a los niños siempre en su cuna mirando los muñecos de un móvil colgante. La infancia es tiempo de aprender, explorar, descubrir, jugar, compartir con los padres, con los amigos… Y la tecnología debe ser una herramienta más para acceder a ese mundo de infinitas posibilidades, pero no la única.

Publicado en 50×7.com el 10 de diciembre de 2013

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