A finales de julio, gracias a la invitación de Barcelona Loves Entrepreneurs y ISOC-CAT, pude conocer el Barcelona Supercomputing Center y descubrir cómo se aplica la supercomputación en la industria y la ciencia. Fue una experiencia interesante y quería recuperar para este blog el artículo que escribí entonces para la web de BLE:
Hace unos días pudimos visitar, gracias a la invitación de ISOC-CAT, el Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), centro pionero de la supercomputación en España y uno de los más potentes de toda Europa. Con la misión de ofrecer infraestructuras y servicio de supercomputación a la comunidad científica y generar conocimiento y tecnología para transferirlos a la sociedad, MareNostrum sorprende al público por sus funciones y por la belleza y el contraste que genera integrado en un entorno como la capilla de Torre Girona.
El BSC-CNS se fundó en 2005 con el objetivo de investigar, desarrollar y gestionar la tecnología para facilitar el progreso científico. Con el tiempo, además, ha conseguido desarrollar aplicaciones y soluciones tecnológicas de alto valor para la industria y el sector privado. Y es que este superordenador permite a los investigadores simular la realidad, a través de complejos cálculos, en un tiempo récord.
Esto ha permitido, por ejemplo, recrear virtualmente el funcionamiento del corazón humano, investigar en la mejora del diseño aerodinámico de los automóviles y aviones, realizar estudios para llegar a modelar el cambio climático e investigar para instaurar nuevas terapias para combatir el cáncer. Se demuestra así que los especialistas en “High Performance Computing” (HPC) son actualmente imprescindibles para los proyectos científicos y tecnológicos de muchas especialidades.
Para ayudar a estas investigaciones, el BSC-CNS cuenta con 300 científicos especializados en cuatro grandes áreas: ciencias de la computación, ciencias de la vida, ciencias de la tierra y aplicaciones computacionales en ciencia e ingeniería. Este equipo participa en numerosos proyectos de investigación competitivos impulsados por la Unión Europea y el Gobierno de España, además de colaborar con la industria y empresas punteras en tecnología de la información como IBM, InTel, Microsoft, Nvidia o Repsol.
Como centro de servicios, el BSC-CNS dispone de varios supercomputadores y repositorios de datos de gran capacidad. El superordenador MareNostrum tiene una capacidad de 1,1 petaflop/s y es el emblema del centro. MinoTauro es el segundo supercomputador más potente y ha sido reconocido por su arquitectura energéticamente eficiente. También cuentan con infraestructuras Big Data, que tienen una capacidad total de almacenamiento de 11 petabytes.
Pero más allá de la parte técnica, lo que sorprende durante la visita al BSC-CNS es el lugar en el que nos encontramos: la capilla de torre Girona, en el campus norte de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC). El contraste entre el recinto construido a principios del siglo XX por el arquitecto Fortuny i Mas, imitando el estilo románico, y la modernidad del supercomputador no dejan indiferentes a los asistentes.