“Queremos conseguir que la gente haga cada día el ejercicio de pararse a pensar qué le ha hecho feliz y lo comparta”

«Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que sucede es que aquí tenemos una vieja  costumbre. Le contaré. Cuando un joven cumple 15 años sus padres le regalan una libreta como ésta que tengo aquí colgando del cuello. Y es tradición entre nosotros que a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote en ella, a la izquierda, que fue lo disfrutado y a la derecha, cuánto tiempo duró. «Conoció a su novia, y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duro esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana? ¿Dos? Y después, la emoción del primer beso, la fiesta de bodas, ¿Cuánto duró la alegría del matrimonio? ¿Y el viaje más deseado? ¿Y el encuentro con quien vuelve de un país lejano? ¿Cuánto tiempo duró el disfrutar de esas sensaciones? ¿Horas? ¿Días? Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos. Cuando alguien muere es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo anotado, para escribirlo sobre su tumba, porque es, amigo caminante, el único y verdadero tiempo vivido.»

Este es el final de El Buscador, un cuento de Jorge Bucay que inspiró a tres chicos de Manresa para crear Bhappy, una aplicación que va más allá de esa historia y nos invita, además, a compartir los momentos felices del día a día con la gente que nos rodea. La idea está sobre la mesa, pero el equipo necesita refuerzos para desarrollarla. En estas encuentran a Biapum, la empresa de Valentí Freixanet y Fernando García, que se suman a la iniciativa para crear la primera red social para compartir felicidad.

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Descubro Bhappy durante su presentación en el Elevator Pitch del pasado BLE&Apps y contacto con Valentí Freixanet para conocer más sobre la aplicación y el equipo que hay detrás de ella:

¿Qué es Bhappy?

Bhappy es una red social para compartir sentimientos y felicidad. Como usuario tienes 60 minutos para compartir cada día con otros usuarios que estén registrados a la red o hasthags que crees o que hayan creado otros. Además, cuenta con la opción de explicar brevemente por qué se comparten esos minutos de felicidad y seguir amigos o hashtags y ver qué les hace felices cada día. Los minutos que se van enviando se suman a un contador personal que es un indicador de la felicidad acumulada. Es importante comentar también que cada vez que se comparte felicidad se suma tanto al perfil del receptor como al de la persona que lo envía, porque consideramos que la felicidad compartida es doble y no tiene sentido que se envíe la felicidad en una sola dirección.

¿De dónde surge la idea?

La idea parte de un cuento de Jorge Bucay que se titula El Buscador, que explica como un turista llega a un pueblo y encuentra que en el cementerio la gente cuenta el tiempo que realmente ha vivido por momentos de felicidad. Leyendo esto, a uno de los compañeros se le ocurre que igual hacía falta una herramienta que permitiera transmitir todas esas sensaciones positivas.

¿Cuál es el objetivo?

Se trata de que en algún momento del día seamos capaces de abrir la aplicación y repartir como queramos los 60 minutos de felicidad que tenemos. Está pensada para conseguir que cada día hagamos el ejercicio de pararnos a pensar qué nos ha hecho feliz. Y si lo hace también la gente de tu entorno y recibes minutos de felicidad de ellos, esto te generará imputs muy positivos. En otras palabras, es una manera de agradecer las pequeñas cosas de cada día.

background_whole1En el discurso de que una app triunfará si resuelve una necesidad, ¿Cómo encaja la vuestra?

De hecho, ahora encaja mejor que nunca. Estamos en un momento en el que todo el mundo habla de crisis y dificultades… ¿qué mejor que tener una herramienta gratuita que te permita transmitir sensaciones positivas a la gente que te rodea?

¿Cuántos usuarios tiene Bhappy actualmente?

Tenemos unos 3.000 usuarios registrados, de los cuales 300 tienen actividad diaria. Me gusta explicar que nuestros usuarios son muy locales –Manresa, Osona y Barcelona-, y eso es bueno porque si la gente se descarga la aplicación pero su entorno no la utiliza, no podrá sacarle partido porque no tendrá con quien compartir. Pero hemos empezado a difundir la aplicación en un entorno cercano y la gente se va interrelacionando entre ella y va creciendo en bloque.

¿Por qué Bhappy y no una propuesta para enviar felicidad por otra red ya existente?

Es cierto que tenemos muchas vías posibles y gratuitas para enviar un mensaje de positivismo: mail, Facebook, Whatsapp, etc., pero la gracia aquí es la limitación de los 60 minutos. Sabiendo que cada persona tiene solo 60 minutos, podría enviar hasta 60 mensajes de felicidad, pero si te envía 10 minutos, sabes que ha gastado una sexta parte de su tope en ti y eso da más valor a la acción.

Parece que los usuarios han recibido bien la nueva app. ¿Cuántos minutos de felicidad se han compartido hasta ahora?

La acogida ha sido muy buena. Esta misma semana hemos superado el año de felicidad compartida, con 57.000 envíos de felicidad.

Además de enviar minutos de felicidad, ¿tenéis previsto ofrecer más funciones dentro de esta app?

Si. Somos conscientes que Bhappy tiene algunas limitaciones, pero hemos seguido el modelo de “mínimo producto viable” para que este funcionara y empezara a registrar usuarios que puedan compartir su felicidad. En un futuro ampliaremos funcionalidades, entre las que podría haber la posibilidad de adjuntar fotos, ver si la gente hace “me gusta”, encontrar amigos de Facebook, geolocalizar la felicidad, etc., pero son cosas que sin haber probado la herramienta básica y escuchar a los usuarios no tiene sentido.

Sin título-1Aún teniendo en cuenta la finalidad social de una herramienta para compartir felicidad, ¿pensáis como generar negocio de Bhappy?

De momento no es el objetivo. No quiero decir que no haya modelo de negocio porque ideas hay muchas, pero ahora no es prioritario. En cualquier caso, nunca afectará al usuario directamente. Nuestro objetivo ahora es buscar usuarios, porque si no los tenemos no tiene ningún sentido buscar el modelo de negocio porque el retorno será mínimo y abocaríamos el proyecto al fracaso antes de empezar.

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