Paralelamente a la alta velocidad que parece haber tomado la civilización occidental, con cambios rápidos y constantes y una globalización galopante, se genera una necesidad de ancoraje para entenderse y hacerse entender. Cuanto más se avanza, más se necesita saber de dónde venimos y quiénes somos. Cuanto más globales somos, más necesitamos reafirmar nuestras características locales.
Santos M. Mateos Rusillo. El Patrimonio cultural