Dulce aroma a despedida

 

Y se me ocurre que esa novia no lo tenía tan claro. Los preparativos la agobiaron, la familia la atosigaba y el futuro a su lado se le hacía eterno. Pero no por aquel «para siempre» que iba a dar en breve, sino porque veía su vida abocada a la rutina. Y pensó que todavía era joven, que todavía le quedaba mucho por vivir, por experimentar, por aprender. Y lo miró. Y sabía que lo quería con toda su alma, pero que ninguno de los dos iba a ser del todo feliz después de aquel momento. Y decidió correr, huir y empezar de nuevo. Y por el camino dejó una familia perpleja, un novio atónito y un precioso ramo de novia como testigo. 

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s