Aquella sensación la estaba volviendo loca. Había querido pensar que la época de necesito cambiar ya había pasado y que podría encontrar la estabilidad. Pero los últimos días le habían demostrado que todo era un espejismo. Y a pesar que se sentía tremendamente afortunada de lo vivido, de la gente que había conocido y de todo lo que había aprendido, sentía que había que seguir avanzando. El problema es que lo que antes había sido una aventura ahora le daba miedo. Miedo a tomar decisiones, miedo equivocarse, miedo a perder… Era demasiado complicado escoger un camino sin pensar qué habrían deparado los otros.