Demasiado guapo para ser cura…

El sol había salido y secaba el empedrado de la plaza de España. Los vendedores descorrían los toldos de sus puestos de flores y algunos turistas empezaban a sentarse en los peldaños, todavía húmedos, que ascendían hasta Trinità dei Monti. Quart escoltó al arzobispo escaleras arriba, deslumbrado por el reverbero de la luz en la plaza; una luz romana, intensa, optimista como un buen augurio. A medio camino, una joven extranjera con mochila, tejanos y camiseta a rayas azules, sentada en un escalón, le hizo una foto cuando los dos sacerdotes llegaron a su altura: un flash y una sonrisa. Monseñor Spada se volvió a medias, entre irritado e irónico:

—¿Sabe una cosa, padre Quart? Es demasiado guapo para ser un cura. Habría que estar loco para nombrarlo párroco de un convento de monjas.

La Piel del Tambor, A. Pérez-Reverte

 

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2 comentarios en “Demasiado guapo para ser cura…

  1. Me acabo de poner mi pasmina que me hace viril. Con sus tildes, sus académicos.

    Espero que te saque una sonrisa, no puedo evitar acordarme de esto cada vez que leo algo de Reverte.
    Un besote y FELIZ NAVIDAD

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