Todos los museos de la ciencia tienen, casi en la entrada, un péndulo de Foucault. Algunos, incluso, un personaje que se hace pasar por él y intenta explicarte sus teorias… Pobre de él cuando se encuentra con un grupo que está de vacaciones, con todo lo que eso implica, y alguien le interrumpe al minuto dos y le pregunta:
– ¿De verdad eres Foucault?
– Si, ¿por qué?
– Porque te conservas muy bien».
Y a partir de ahí todo carcajadas y la imposibilidad de seguir con la teoría científica