Teddy tenía sólo 10 años cuando cambió de manos. En el primer período de su vida todo habían sido mimos, abrazos, besos… como mucho había tenido que soportar ser padre de una familia extraña, en la que compartía mesa con mamá Nancy y las hijas Barriguitas. Con el tiempo se convirtió en el amigo fiel que escucha los problemas de Marta sin explicar nada: el primer castigo, el primer suspenso, la primera desilusión amorosa…
Pero Marta se hizo grande y él sobraba en la nueva habitación. Así que decidieron donarlo a otro niño. Un macarra disfrazado de angelito que decapitaba las Barbies de su hermana y tiraba sus juguetes por el balcón haciendo puntería en los vecinos.
Ahora quería jugar a los cirujanos… ¿adivináis quién serviría de paciente?
Dios laura, se me ha puesto el pelo de punta, que trauma, con la de muñecos que yo he donado, a saber donde esta mi cocoliso, o mis barbies, entre otros. A saber si estan enteros…