Descubrir el mundo. Muchas primeras veces (algunas más entretenidas que otras). Fijarse en lo que para los adultos pasa desapercibido. Encantarse con cualquier cosa. Hacer amigos (humanos o no). Reír. Sorprenderse a cada paso. Asustarse. Aprender… ¿Me acompañáis en este viaje en el tiempo para volver a ser niños por un instante?
Vida de una calle desde la mirada de una niña

















El proyecto «83 centímetros: La vida de la calle desde la mirada de una niña» nace como trabajo de final del curso de Fotografía Avanzada de DateCuenta.
Gracias Aitor Fernández por hacer de este segundo curso otra gran experiencia. Gracias compañeros por permitirme seguir creciendo junto a vosotros y por las risas y el buen rollo.