Último día del año. Creo que cada vez apuro más para este post. Pero no, hoy no tengo ganas de hacer balance. Ha sido un año extraño y complicado, no solo para mí sino para muchos que me rodean. Y, mirándolo desde la otra perspectiva, también ha sido un año de cambios, de oportunidades, de vueltas a las cámaras y al periodismo, de encuentros con nuevos amigos y colegas, de reencuentros y de compartir lo bueno y lo malo con los que siempre están ahí, de vivencias, y de viajes, pocos este año pero bien aprovechados.
Creo que hoy tengo más ganas de convertir este post de fin de año en un mensaje de GRACIAS. Gracias a todos los que estáis ahí incondicionalmente, a los que consciente o inconscientemente, a mi lado o a miles de quilómetros de distancia, habéis hecho este proceso más llevadero y no habéis dejado que cayera en ningún momento. Y si de algo me arrepiento de verdad, es de no haber estado al 100% para apoyar a quien lo necesitaba y como lo necesitaba.
Pero como decimos en esas charlas nuestras de arreglar el mundo, esto no acaba aquí y no pensamos dejar de caminar. Y ese camino valdrá la pena si puedo seguir compartiéndolo con vosotros.
¡Feliz 2015!