… y tú te lo has sabido hacer.
Dalilah, llámame Sansón
y mis tijeras te daré.
No bastó con ser el último
para ser el primero alguna vez.
Mucha letra, pocas ganas de leer.
!Qué poca agua para tanta sed!
Felices los que son felices,
ya no estoy colgado de ti.
Qué suerte los que no te amaron,
sólo jugaban a jugar…
Uva de la vieja parra. El Último de la Fila