Barcelona. (La Vanguardia).- Barcelona podría volver a ser olímpica. El alcalde Hereu hizo pública esta mañana la candidatura Barcelona-Pirineus para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en un acto desarrollado en el Museu Olímpic de la capital catalana.

Hereu afirmó que Barcelona está «en muy buena posición» para lograr la nominación, toda vez que, explicó, «desde Turín 2006 el COI está apostando por grandes ciudades como capital olímpica«, a condición de que disponga de las estructuras y el clima necesarios para este evento «en un radio de media distancia». El alcalde desgranó los «avales de peso» con los que cuenta la candidatura para alcanzar el éxito: Infraestructuras, instalaciones, capacidad hotelera e «ilusión de los ciudadanos» en lo que calificó como «un proyecto de país».Hereu explicó que la candidatura dispone de dos escenarios para albergar a los 2.500 deportistas que, durante 16 días de febrero, compiten en diversas pruebas. Por un lado, la propia capital catalana, que acogería «las ceremonias de inauguración y clausura y los deportes indoor, como patinaje, curling y hockey sobre hielo«, que tendrían lugar en instalaciones ya construidas –»El estadio olímpico y el Palau Sant Jordi»- y en estructuras de nueva creación. Por otro, el ámbito de los Pirineos, como La Masella o La Molina.

Los filtros a superar por la candidatura, añadió el alcalde, son tres: la elección de candidatura por parte del Comité Olímpico Español, que tendrá lugar en 2013 y en la que Barcelona se enfrentará a Jaca, que aspira por séptima vez a ser sede olímpica; el primer corte del COI, en 2014; y la elección definitiva, que tendrá lugar en octubre de 2015. Barcelona-Pirineus deberá competir con las candidaturas de Nueva Zelanda, Rumanía o Canadá. De obtener la nominación, Barcelona se convertiría en la primera ciudad del mundo en albergar las dos competiciones olímpicas, tras ser sede de los Juegos de Verano en 1992. 

Esta es la información que hoy se podía leer en todos los medios de comunicación, sobre todo catalanes. Una noticia que adelantó e-noticies, de Xavi Rius, rebentando la rueda de prensa a Jordi Hereu (en una de aquellas faltas periodísticas que rozan lo inoportuno) y al que siguieron todos los medios digitales. Después de las 10 de la mañana, con el Museo Olímpic de fondo, la noticia ya era oficial: Barcelona competirá por los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022…

Este anuncio despierta en mi muchas dudas. Primero por su falta de organización. Ciertamente parece como si en una reunión de urgencia después de unos malos resultados en una encuesta de opinión política se hubiera tenido que buscar algo que impactara positivamente en la imagen de Hereu como alcalde de la ciudad condal. Pero no hay proyecto, planificación, reuniones con los supuestos afectados, ni siquiera información previa sobre lo que necesitaría construir o mejorar Barcelona (si es que necesitara algo).

Segundo, falta de respeto. Falta de respeto por los barceloneses que vuelven a ver una vez más como uno de sus representantes tira de utopías sin fundamento ni planificación para mejorar su imagen pero que es incapaz de dar solución a los problemas reales de la población. Falta de respeto por el resto de catalanes, sobretodo por aquellas ciudades o municipios que supuestamente tienen que participar en su candidatura y que se han enterado de ello hoy por la prensa. ¿Dónde estaban las reuniones para valorar esta idea? Y falta de respeto por los aragoneses, que llevan años intentando que les concedan esas Olimpiadas y que ahora no sólo deben competir con Canadá o Nueva Zelanda sinó que tienen un enemigo en casa (alguien debería recordarle a Hereu que Jaca en los 80 ya quería presentarse y que se esperó hasta después de Barcelona’92).

Si es que al final nos ganamos a pulso los rencores. Si yo fuera barcelonesa con derecho a voto, defendería una campaña contra esta candidatura… Por respeto y por sentido común.