Pero… ¿Por qué?

Aquella ciudad seguía fascinándola. Tenía cierta… magia. Y si lo pensaba bien, no sabía por qué y era incapaz de responder a esa pregunta cada vez que alguien se la hacía. Tal vez era por la luz, tal vez por las calles y los rincones escondidos, tal vez por la gente, tal vez por el carácter que desprendía… o tal vez por todo junto.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s